214 páginas | Español
Terror
Para Andrés, el fin del mundo no era una posibilidad, sino cuestión de tiempo. Tenía claro que la humanidad terminaría por extinguirse, por eso observaba impávido como sus semejantes se devoraban frente a las puertas de su edificio. Pero Andrés tenía que proteger a Damián. El pequeño sería incapaz de sobrevivir en un mundo en el que los muertos caminaban por las calles, debía impedir que desapareciera a manos de aquellos seres putrefactos. El único modo de sobrevivir era luchar, hacer frente a la situación y abrirse paso entre las legiones de muertos vivientes que habían implantado su nuevo orden demencial. Ambos estaban preparados, pero por más que lucharan, por más que se abrieran camino y por más lejos que dejaran a sus depredadores, no podían huir del enemigo más temible, aquel que les acompañaba allá donde fueran: el instinto...